Esmeraldas, ubicada en el extremo noroccidental del Ecuador, es una joya de biodiversidad y cultura. Con paisajes cubiertos de manglares, estuarios y bosques tropicales, esta provincia costera es tan rica en naturaleza como en la calidez de su gente. Nuestra travesía cicloturística por sus pueblos, playas y montañas es prueba de ello.
Tras 7 horas desde la capital ecuatoriana, llegamos a Tonchigüe, un pueblo pesquero ideal para relajarse antes de comenzar a pedalear por la costa.
📍 Distancia aproximada: 17 km
Una joya escondida entre montañas y acantilados: Estero de Plátano. Esta playa es ideal para descansar y, en temporada (julio-agosto), observar ballenas jorobadas en su hábitat natural.
Continuamos por los pueblos de Quingue, Caimito y San Francisco, hasta llegar a Cabo San Francisco, famoso por:
Una parada obligatoria para disfrutar del mar y su biodiversidad.
📍 Distancia acumulada: 74 km hasta El Salto
Tras una noche en Mompiche, partimos al amanecer rumbo a Isla Portete. El cruce en lancha hasta Bolívar, rodeado de piscinas camaroneras, fue solo el inicio.
Portete encanta por su ambiente natural, su biodiversidad y su conexión directa con la esencia del Pacífico esmeraldeño. Este tramo del viaje deja claro que la “Provincia Verde” no solo es naturaleza, sino también hospitalidad y cultura viva.
Desde Tonchigüe hasta Portete, el viaje a lo largo de la costa esmeraldeña es una experiencia sensorial completa. Ideal para:
🎒 Recomendado: llevar protector solar, ropa de secado rápido y cámara para capturar paisajes únicos.